Con la colocación de las barandas metálicas y la finalización de los últimos detalles, quedó habilitado el nuevo puente peatonal que conecta a los barrios Don Pablo y Molinari. Se trata de una obra esperada durante mucho tiempo por los vecinos de la zona, que a diario utilizan el paso para acceder a escuelas, trabajos, servicios e inclusive a sus hogares.

El puente, construido íntegramente en hormigón armado, cuenta ahora con barandas metálicas en ambos lados, un elemento indispensable para la seguridad de los peatones. Estas estructuras de contención evitan caídas accidentales al arroyo y brindan mayor estabilidad al momento de cruzar, especialmente para niños, personas mayores o quienes se desplazan con carritos, bicicletas o bolsos.

Además, las barandas mejoran la visibilidad del puente desde la distancia y refuerzan su integración con los senderos de acceso, generando un tránsito más ordenado. De este modo, la infraestructura no solo representa un beneficio estructural frente al deteriorado puente anterior, sino que también garantiza condiciones adecuadas de uso cotidiano.

La nueva estructura tiene una longitud de 5 metros, un ancho de 1,70 metros y una altura de 2 metros, y está emplazado sobre la Cañada de Gómez, la cual sirve para desagotar toda el agua de lluvia que cae en la zona oeste, incluido el acceso de calle Urquiza.

El viejo puente peatonal había sido construido sobre cuatro caños de hormigón armado de 1.000 milímetros de diámetros, que habían sido erosionados por el agua a lo largo de los años, presentaban socavaciones en varios sectores y hasta habían provocado el derrumbe sobre uno de ellos.

Debido a este deterioro, existía el riesgo de colapso en el mediano plazo, que además de ser una inseguridad permanente para la integridad física de los transeúntes que lo usan a diario, también iba a tener consecuencias en el sistema cloacal, ya que por debajo de la estructura pasa un caño de 200 milímetros y estaba en riesgo de ser destruida si el viejo puente colapsaba.

En este sentido, el nuevo puente peatonal es diferente al anterior, porque mejora el desempeño hidráulico ya que se reemplazó el sistema de alcantarillado realizado mediante los caños de 1.000 milímetros por una sección mayor de cuatro metros de ancho, lo cual no sólo facilita la circulación del agua, sino que es bastante más difícil que se obstruya con ramas o residuos. En este sentido, además, incluyó todos los accesorios necesarios para mantener firma la estructura.

“Con esta obra damos respuesta a un reclamo histórico de los vecinos y, sobre todo, les devolvemos seguridad en un punto de tránsito cotidiano. El puente es mucho más que una estructura: es integración y calidad de vida”, destacaron desde la Secretaría de Obras y Servicios Públicos.

La habilitación del nuevo puente se enmarca dentro del plan de conectividad barrial que lleva adelante el Municipio, con el objetivo de mejorar la infraestructura urbana y brindar soluciones concretas a las demandas de la comunidad.